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Rutina Facial Piel Grasa

El “tipo de piel” hace referencia a la tendencia de cada uno hacia un tipo de condición y aspecto que presenta nuestro rostro o zona a determinar. Podemos convivir con ello toda la vida o puede cambiar a lo largo de los años debido a multitud de factores y circunstancias. Pasemos a desgranar los “tipos de piel grasa”.

A quien no le recuerda pasar unas pocas horas desde que se realizó la última rutina de limpieza del rostro y, no podía ser de otra manera, la piel le brilla en todo su esplendor. Y no es un brillo radiante, procedente de la luminosidad innata de la belleza de la piel, sino que es un rastro aceitoso que impregna la cara. Y te molesta, porque ni aplicándote tiras de papel atrapa brillos consigues detener el problema. 5 minutos más y vuelves a brillar. Si pasas un trocito de papel higiénico o cleenex conseguirías los mismos resultados. Matificas al momento y, poco después, vuelves a verte en las mismas.

Luego están los polvos translucidos, los “perfeccionadores” de la piel que reducen el tamaño del poro (aunque más bien lo bloquean) y, al final, es peor el remedio que la enfermedad, porque se te acaba formando una masilla en la cara que, finalmente, desemboca en más y más aceite, y brillo, y vuelta a empezar.

Los brillos no son el único problema. Acné, espinillas, quistes, milliums (si, esos pequeños granitos sin cabeza, incoloros, debajo de la piel que no se pueden quitar a no ser que los pinches con una aguja) incluso caspas o rojeces… Porque una piel grasa puede ser sensible. Ah! Una piel grasa también puede estar deshidratada! Que una cosa es rebosar aceite y otra que falte agua! Pero bueno, en este artículo pretendemos desgranar un poquito a fondo todos los problemas que pueden encontrarse (y con los que conviven) las pieles grasas, e intentar ofrecer una rutina de cara para piel grasa que ayude a mostrar la bonita belleza de este tipo de pieles, que bien cuidadas, dicen que envejecen más tarde! Si es que siempre hay que ver el lado positivo de las cosas! Comenzamos!



      ÍNDICE DE CONTENIDOS:

 

  1. ¿QUÉ ES LA PIEL GRASA?
  2. RUTINA DE CUIDADO FACIAL PARA PIEL GRASA
  3. RUTINA DE LIMPIEZA FACIAL PIEL GRASA
  4. CREMA PIEL GRASA
  5. SERUM PIEL GRASA
  6. ACEITES PARA PIEL GRASA



 

 

 

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¿Qué es la piel grasa?

Cuando hablamos de piel grasa, hablamos del tipo de piel que presenta una mayor actividad de sebo, ya sea por condición propia, innata, o bien por un desequilibrio en las hormonas, determinados tipos de enfermedades o el uso de medicamentos.

Las pieles grasas se caracterizan por tener una superficie cutánea brillante, con poros dilatados. Las zonas especialmente afectadas son el rostro (más concretamente la zona T), los hombros y la espalda. Por tanto, un cuidado bien escogido y adecuado es de suma importancia para mejorar su aspecto y mantener a raya las temidas imperfecciones.



La “seborrea” es, como hablábamos al principio, esa sobreproducción excesiva de sebo que hace que la superficie de la piel presente una textura aceitosa. La acumulación de agua, con grasa y sebo, además de la polución, es lo que hace que muchas veces se acumulen, produzcan un “sellado” en la superficie de nuestra piel que dificulten su renovación y la eliminación de las impurezas correctamente (suciedad, polución, exceso de grasa…). Mucha sobreproducción y eliminación ralentizada. Eso hace que se vayan formando granos, inflamaciones, quistes, etc… Por ello, es muy importante llevar una rutina skincare de piel grasa a rajatabla para mantener controlada la situación.



¿Qué causa la piel grasa?

Cada uno estamos predestinados a mostrar una tendencia. No somos iguales. Y nos ha tocado esta vez tener la piel grasa. Es innato en nosotros. Pero hay varios factores que determinan también el echo de poseer un tipo de piel grasa:

  • 1. Factores hormonales.
  • 2. Un aumento de la actividad de las glándulas sebáceas (y es que éstas también se defienden en determinadas situaciones).
  • 3. Ciertas enfermedades.
  • 4. El uso y abuso de ciertos medicamentos.

Chicos, vosotros tenéis más papeletas para sufrir piel grasa por causas hormonales debido a la estimulación de los andrógenos, vuestras hormonas sexuales. Pero todo dependerá de la edad y la predisposición genética.

Las chicas, con la regla, también sufren desajustes hormonales que pueden provocarles brotes de acné.

No por ello una piel grasa es sinónimo de juventud, y los jóvenes son los únicos que presentan acné. La piel grasa en mayores y el acné adulto también existen y, por desgracia, a veces nos acompañan toda la vida.

Otra de las causas, las enfermedades, como el Parkinson, puede presentar una deficiencia de la dopamina, afecta a nivel neurológico y conlleva a presentar una piel muy brillante y grasosa.

Los fármacos también tienen mucha culpa, sobretodo los que alteran nuestro sistema, estimulando la producción de sebo, como los esteroides anabólicos o los corticosteroides.

 

 

 

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Síntomas de la piel grasa

Las personas que sufren piel grasa a menudo llevan asociada una fuerte carga de complejos, debido al gran número de imperfecciones que la acompañan. Una piel grasa suele presentar una superficie aceitosa, grasosa y brillante. Los poros son grandes y dilatados, con puntos negros y espinillas, en ocasiones.

Es una piel más gruesa de lo normal. Quizás no será tan fina o delicada, pero tiene sus ventajas, envejecerá más tarde.

A menudo presenta discromías en el color y aspecto. Se puede presentar pálida, cetrina, pero, a su vez, puede presentar parches rojos, causados por las inflamaciones, los poros obstruidos o la sensibilidad que también puede presentar este tipo de piel.



Una piel grasa tiene menos arrugas, y éstas aparecen más tarde. A no ser que sea muy sensible, muestra mayor resistencia a factores medioambientales como el frío, la humedad o el sol. Eso sí, tienen la ventaja de las arrugas tardías, pero sufren de falta de firmeza con el paso del tiempo. Es una piel mas “pesada” y sufre mayormente los efectos de la gravedad y el descolgamiento. Por lo tanto, deberemos pensar en tratamientos más acordes con la falta de firmeza antes que la prevención de las arrugas.

Los síntomas más marcados de una piel grasa serían una concentración sobre la zona T (frente, nariz, mentón -e incluso lados de la nariz debajo del contorno de los ojos), y el cabello, que normalmente también se presentará graso. La espalda, el pecho y los hombros también serán zonas vulnerables, aunque en menor medida.

El acné, causado por la acumulación de masas de sebo en la cara y otras partes del cuerpo, que no consiguen drenarse a través de los folículos, y que se colonizan de bacterias, también es un claro síntoma asociado.

Como consecuencia de todo, manchas rojas, picores, descamaciones y costras. Si a esto le añadimos pequeñas cicatrices, tenemos un cóctel explosivo. Pero para evitar todo esto, cuidados y más cuidados.

Una piel grasa presentará una alteración del ph. Por tanto, y ya os damos una pista, debéis utilizar productos que consigan equilibrar el ph.



Rutina de cuidado facial para piel grasa

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Una rutina de cuidado para piel grasa no tiene que diferir mucho de las demás. Existen muchos tópicos y creencias el respecto. Cierto que cada tipo de piel tiene sus particularidades y limitaciones, pero tener piel grasa no quiere decir que prescindamos de aceites o texturas que siempre ser han reservado para otros casos. El no aportar hidratación, lípidos, abusar de la limpieza, resecar excesivamente, utilizar productos fuertes, abusar del sol… Puede ser peor el remedio que la enfermedad, y podemos provocar brotes que luego costarán más de subsanar. Lo primero que debemos buscar es un equilibrio, ya sea en el manto hidrolipídico (producción de grasa e hidratación) como en el ph (ni muy ácido ni muy alcalino, más bien neutro).

Desmontemos pues, algunos mitos, desterremos tópicos y vamos a conseguir una buena rutina de cuidado para las pieles grasas.

Qué Ph mantener

Muchas clientas nos dicen: “Estoy buscando un jabón así fuerte, que cree mucha espumita, porque así tengo mayor sensación de limpieza en la piel. Que me quite todo el aceite del rostro. Odio los brillos. Secante…” Error.

Una piel grasa puede lavarse con una pastilla de jabón bien secante si, que haga mucha espuma, y que quite todo el aceite de la piel. ¿Pero que pasará luego? Que perderemos confort, podríamos sufrir picores, y, en el peor de los casos, un fuerte rebrote de imperfecciones. ¿Porqué? Pues porque nuestra piel comenzará a “defenderse” creando más y más sebo para autorregularse y volver a su estado “normal”. Se lo tomará como una agresión. Y corremos el riesgo de colapso, con la proliferación de inflamación a nuestro ya de por sí estado delicado.

Una solución, por tanto, sería aplicar, acto seguido, un buen aceite e hidratante natural para piel grasa. Sí, aceite, de eso hablaremos más adelante. Las pieles grasas también utilizan aceites. Y si utilizas un limpiador bien agresivo y secante, quizás debas recurrir a el. Y si no te gusta ponerte un aceite… Pues cambia el hábito, utiliza el limpiador adecuado.

Lo que debemos conseguir, con todo esto, es el equilibrio perfecto del Ph de nuestra piel. Una pastilla de jabón, por ejemplo, dependiendo del tipo de ingredientes que posea, puede alterar nuestro Ph secando y alterando nuestro bioma (destruyendo nuestra lubricación natural y nuestras bacterias “buenas”). Normalmente son demasiado alcalinos. Debemos optar mejor, o bien por pastillas de jabón que posean extractos de plantas y aceites nutritivos e hidratantes, o bien limpiadores con un Ph más bien neutro o débil. A todos nos gusta mucho la espumita en los jabones, es un hecho, parece que nos limpia más. Pero recordad, ni hay que estar frotando media vida la cara cuando nos lavamos, ni la espuma es nuestra mejor aliada (ya tengas la piel grasa, seca, mixta o sensible…). Un limpiador que no haga mucha espuma quizás es igual o mejor de efectivo, no agrede tanto nuestra capa dérmica y, casi seguro, tendrá una mejor lista de ingredientes generosos con nuestra piel y nuestro Ph.

¿Aceite sí o Aceite no?

Ya tenemos suficiente aceite en la cara para aplicarle más ¿no? Seguramente lo estarás pensando. Normalmente, una piel grasa no quiere más aceite, o no es una textura con la que te sentirás cómod@. Pero, si bien hay aceites comedogénicos, pesados y extra grasos, también los hay ligeros, de muy fácil absorción, nada comedogénicos y con propiedades súper efectivas sobre pieles grasas. Son antienvejecimiento y hacen que nos levantemos con un rostro sano, bello y sin imperfecciones. Por supuesto, mejor optar por aceites antimicrobianos y antibacterianos, además de los aceites no comedogénicos. Que no obstruyan el poro. Más adelante veremos los aceites más adecuados. Lo que sí te recomendamos es que evites, en caso de tener la piel grasa, el aceite de germen de trigo, el de monoï de Tahití, el de marula, los de linaza, los de algodón, la manteca de cacao y, aunque tiene propiedades antibacterianas, el de coco, ya que obstruye los poros.

Cremas ¿Con Aceite o sin Aceite?

O, lo que es lo mismo, cremas con un alto contenido en lípidos, con bajo, o sin aceites. Muchas clientas nos preguntan: “Estaba buscando una crema para piel grasa, a ser posible oil-free (sin aceite), ya que no quiero que me aporte grasa en la piel” Error.

Una cosa es la sensación placentera que podamos buscar. Y, obviamente, puede ser que nos guste más una determinada textura, en este caso, una cremita que se absorba rápido y no deje película grasienta, debido al hartazgo de tener una piel con brillos y oleosa. Pero claro, las actuales cremas naturales para pieles grasas no tienen porqué dejar un rastro graso. Se absorben fenomenal y, en su composición, tienen los mejores extractos y aceites provenientes de plantas seleccionadas. Una piel grasa quizás necesita más hidratación y menos nutrición debido a su particularidad. Pero no por ello hay que privarla de ésta última. Si sólo utilizáramos cremas en base a agua para las pieles grasas, nos perderíamos infinidad de nutrientes y propiedades de los aceites, entre muchas otras cosas, ceramidas, escualano, y ácidos grasos esenciales de demostradas capacidades antiinflamatorias y rejuvenecedoras de la piel. No todos los aceites son buenos, pero no todas las cremas oil-free tampoco… Hay que mirar bien los Inci (lista de ingredientes del producto), pero una buena crema debe contener el perfecto equilibrio, con elementos hidratantes, así como nutrientes. No descartes un buen uso de lípidos en la fórmula. Recuerda que el objetivo es encontrar un buen equilibrio, no eliminar algo por completo. Sí, tu piel tiene ya suficiente grasa, pero ácidos grasos hay muchos, igual que lípidos. Y tu piel los necesita para mantenerse joven y sana.

Afortunadamente, puedes encontrar diversas texturas. Antiguamente parecía terreno reservado para las pieles grasas la crema líquida en base agua que se absorbía al instante, o que estaba cargada de polvos absorbentes, como de arroz y bambú. Hoy en día podemos elegir entre una gran variedad, desde las más untuosas, pero de absorción inmediata y 0 brillos, a las cremas ligeras con poquito contenido en lípidos -los esenciales-, digamos emulsión de aceites en agua. Simplemente debes elegir con qué textura te puedes encontrar más cómod@, por lo demás, no te preocupes si lleva más o menos aceite. Si está indicada para piel grasa, puedes fiarte del fabricante -referencias nunca vienen mal-.

Aprovechando que citamos las cremas para piel grasa con polvos absorbentes… Nosotros pensamos que, si tienes un exceso de sebo y brillo oleoso, mejor prescindas de ellas. Cierto es que matifican y absorben gracias a ingredientes como el polvo de bambú, arroz, maíz… Pero pueden provocar un efecto rebote, creándose una masilla en tu rostro nada deseable. Para una piel grasa controlada, o si vas a pasar un día tranquilo, al exterior… Pueden ir muy bien. Por el contrario, si tienes una sobreproducción sebácea, y ésta se va a agravar al ponerle más aglutinantes en la piel, con la consiguiente vuelta a la sobreproducción (la piel se defiende), o tienes una jornada laboral maratoniana, estresante… Mejor huye de ellas. Como dijimos anteriormente, hace más efecto pasarte un trozo de papel por el rostro para secarte el exceso de aceite.

Me gusta apretar los granos…

Referente a los granitos, espinillas y puntos negros. Ni se te ocurra exprimirlos ni tocarlos. Déjalos. Sabemos que existe la tentación, que son antiestéticos y molestos, pero puedes desencadenar más brotes y empeorar las cosas. Primero, porque las yemas de tus dedos están cargadas de bacterias, virus y alérgenos que traspasamos a la piel. Recuerda que el acné en la piel grasa está causado por 3 factores: Exceso de grasa, exceso de células (piel) y bacterias. Juntos hacen una fiesta en tu rostro. Lo que hace el tacto es propagar esas bacterias que están inmiscuidas con tu grasa y piel, empeorando las pápulas, pústulas y/o quistes e inflamaciones, y aumentando el número de rojeces antiestéticas. Haznos caso, manos quietas y, como consejo, incorpora a tu rutina un par de veces por semana un buen baño de vapor. Puedes ir a una sauna y aprovechar todos sus beneficios (pero la sauna de vapor, no la seca), o realizarte el baño de vapor en casa. Esto hará que tus espinillas se vacíen sin tener que tocarlas. Una vez que realices la sesión, hidrata tu piel con el tratamiento adecuado que mejor te siente.

¿Cada cuanto puedo exfoliar mi piel?

La pregunta del millón: ¿Cada cuanto debo exfoliarme la piel? Tengo la piel grasa y además sensible, ¿Cada cuanto puedo exfoliármela?

Hay gente que tiene la piel grasa y gruesa y no le importa exfoliarse casi cada día. Tienen como esa sensación de más limpieza. Pero, por favor, no agredamos tanto la piel y su capa córnea, así como el bioma (y sus “bichitos buenos”). Recordemos, equilibrio… En una piel grasa, la exfoliación es muy buena, ya que permite que las células muertas no se acumulen y taponen más los poros, por donde sale toda esa sobre secreción y producción sebácea. Pero con una o dos veces por semana ya sería suficiente. Y luego acordaros que hay que hidratar con el tratamiento conveniente. Si además de tener la piel grasa, la tienes sensible, entonces prevalece la piel sensible. No la dañes en demasía. Exfolia entonces tu rostro cada 15 días, e intenta prescindir de exfoliantes con grano muy duro o voluminoso. Mejor en polvo. Sino, un grano muy muy fino y nunca a lo bruto. Un exfoliante no es una lija con la que raspar todo tu cutis a conciencia. Suavemente, conseguirás buenos efectos.

Me encanta tomar el sol, parece que seca mi piel, se ve con menos brillos…

Si… Pero cuidado, puedes sufrir un efecto rebote que luego empeore más las cosas. Una piel grasa es mas resistente al sol que otro tipo de pieles. El aceite actua como capa de protección y es menos propensa a quemarse. Pero cuidado al aplicar una crema solar muy grasa o comedogénica, que acabe por obstruir más los poros. Unos poros obstruidos pueden provocar granos, puntos negros y brotes si el aceite queda atrapado. Vigila de utilizar un protector solar adecuado y, por supuesto, una vez acabes con la sesión de sol, limpia cuidadosamente la piel y aplica tus tratamientos cotidianos que mejor te sientan.



Rutina de limpieza facial piel grasa



Una buena rutina de limpieza facial para piel grasa debe comprender 4 paso que son esenciales: Limpieza, exfoliación, tonificación y, una vez por semana, la aplicación de una mascarilla adecuada.

La limpieza debe realizarse mañana y noche. No debe ser agresiva. No hace falta rascar ni frotarse mucho rato ya que podemos dañar el ph y resecar demasiado, incluso hacernos daño! Cierto es que una piel grasa parece que necesita un jabón fuerte, que dé sensación de limpieza. Pero no hace falta. La limpieza puede ser suave, rápida e igual de efectiva, con o sin espuma.

La exfoliación la realizaremos una vez por semana. No hace falta más. Volvemos a lo mismo, no hace falta estar desincrustando constantemente si realizamos un buen cuidado, con unas pautas y buenos tratamientos ideales para este tipo de piel. Más exfoliación también puede dañar nuestra piel. Y, si además de grasa, es sensible, pues con más cuidado hay que ir.

Después de la limpieza utilizaremos un tónico o agua floral adecuado a nuestro tipo de piel. Servirá para equilibrar nuestro ph, aportar tersura, minerales y oligoelementos y, a su vez, cerrará nuestros poros, ya bien limpios. Con capacidades astringentes, el tónico aportará equilibrio y luminosidad. Un brillo saludable que no quiere decir ni grasa ni exceso de aceite.

En cuanto a la mascarilla, hoy en día disponemos de un gran abanico de ellas, que, a la par que purificantes, son antiedad. Con ingredientes especialmente indicados para combatir granos, brillos y exceso de grasa, pero muy hidratantes y con activos que luchan contra el paso del tiempo. Utilízala una vez por semana y, poco a poco, irás tomando el control de la situación. Tu piel te lo agradecerá.

Limpiador facial piel grasa

No insistas. Un limpiador para piel grasa no tiene porqué hacer mucha espuma. Otra cosa es que te sientas más cómod@, pero no pienses que la espuma hace que se limpie mejor tu rostro. A no ser que estés totalmente segur@ de que utilizas un cosmético 100% natural, desconfía de la abundante espuma, que se forma a partir de tensioactivos totalmente perjudiciales para tu piel y tu organismo.

Un buen limpiador para piel grasa puede ser textura loción o leche limpiadora (y no hace espuma), o mousse, o gel suave que no hace mucha espuma. Pero todos ellos limpian igual de bien. Sus ingredientes naturales desincrustan, purifican y disuelven el sebo, a la vez que desinfectan los poros. Utilizan menta, algas e ingredientes antisépticos pero, al mismo tiempo, hidratantes, cuidando al máximo la barrera de protección de la piel, sin destruirla ni resecarla, y siendo amables con el ph.

Un buen limpiador facial no te llevará más de 1 minuto. Aplícalo suavemente por todo el rostro, en movimientos circulares, evitando la zona del contorno de los ojos, aclara y listo. No hace falta frotar y frotar, lo repetiremos siempre. Ni presionar demasiado. Si utilizas un formato en loción o leche, prepara la piel con agua templada y retíralo con agua templada. Una vez aclarado el producto, vuelve a enjuagarte con agua fría. De esta manera retiramos los posibles aceites que contiene el producto y, finalmente, cerramos el poro una vez está el rostro bien limpio.

Con una espuma a jabón que hace espuma, no hace falta aclarar con agua tibia. Comienza con agua tibia para abrir el poro y poder limpiar bien, pero puedes aclarar directamente con agua fría para cerrar el poro ya que este tipo de limpiadores, por lo general, no dejan película grasa. Resecan más.

Por supuesto, si notas que el jabón te pica, escuece o te deja excesivamente tirante la piel, huye de él. Te está matando el manto hidrolipídico de tu piel y, lo que hablamos, puede alterarte el ph o hacerte más mal que bien.

En Biosplendor tenemos un gran surtido de limpiadores naturales para piel grasa que te encantarán. Son aptos para pieles sensibles y limpian bien, pero sin dañar.

 

Fuente:https://www.biosplendor.com/

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